La línea ferroviaria de el Tren Amarillo o Train Jaune, se construyó el 1903 con el objetivo de unir Perpiñán con el alta Cerdaña. Una preciosa ruta turística que te muestra los pueblos medievales y los paisajes montañosos más significativos de la Cataluña Norte.
Un tren galardonado con los colores de la bandera catalana, que empezó a funcionar el 1910, y se convirtió en el orgullo y símbolo del territorio norte-catalán. El recorrido transcurre por el valle del río Tet desde Vilafranca de Conflent y después cruza la Cerdaña desde Montlluís hasta La Tor de Querol. El trazado de apenas 63 kilómetros, conecta Vilafranca de Conflent con la Tor de Querol.

El Tren Amarillo viaja a través de túneles, bosques, pueblos, riachuelos, puentes y viaductos. Destaca el Puente de Cassagne, el único puente colgante de tren en este territorio. Un recorrido en que se supera los 1.200 metros de desnivel hasta llegar a la estación Bolquera-Herramienta situada a 1.593 m de altitud. Todo y las alturas, el viaje se hace ameno y tranquilo dado que no supera los 55 km/h y se puede elegir entre los vagones cubiertos o descubiertos.
Antes de empezar el itinerario, tengo que destacar el Viaducto séjourné, que se encuentra suspendido en 65 metros de tierra, y Pont Gisclard, situado 80 metros por encima de un precipicio.

Empezamos el recorrido!
De los 63 kilómetros, los 28 km primeros transcurren a través de Conflent y los otros 34 km a través de la comarca de la Cerdaña. Resulta recomendable hacer alguna parada durante la ruta para poder admirar y fotografiar alguno de los pueblos por los cuales pasa, como la villa medieval de Vilafranca de Conflent, que también forma parte del Patrimonio de la Humanidad. En esta localidad, también tendréis la posibilidad (por aquellos más atrevidos), de subir una escalera subterránea de 734 peldaños para visitar la Fort Liberia, una fortificación de Vaudan (arquitecto militar, que también construyó la fortificación de Vilafranca de Conflent).

Siguiendo la vía, encontraréis el pueblo de Vernet las Bains, situado a los pies de la montaña del Canigó. Aquí, destaca su balneario de la belle époque. El recorrido proseguirá por la abadía de Santo Martí del Canigó del siglo XI, un ejemplar de arte románico, situado a 1.055 metros de altura. Siguiendo la ruta, resulta interesando visitar la ciudad fortificada de Montlluís . Se trata de la villa más pequeña de los Pirineo Orientales y disfruta también, de una de las doce fortificaciones que construyó el arquitecto militar Vaudan.

Para aquellos amantes del deporte, no se podrán perder Font-Romeu-Odeillo-Vía, famosa por sus pistas de esquí en invierno y para acoger la famosa ermita de Nuestra Señora de Font-Romeu que también, es uno de los lugares de peregrinación del Camino de Santiago. En el mismo pueblo, podréis deleitaros con la fachada de Grand Hotel de Font Romeu, un antiguo hotel de lujo construido el 1910, que está protegido como monumento histórico. Finalmente, hacer una parada al horno solar de Odeillo, uno de los más grandes del mundo.

Para acabar, llegará el turno de Bourg-Madame y su famosa iglesia de Hix datada del siglo XI y el pueblo rural Tor de Querol, donde también destaca la iglesia parroquial de Saint Etienne del siglo XV y la de Saint Fructíferas Iravals del siglo XII.
