La capital de la comarca de la Garrotxa, Olot, es una ciudad especialmente conocida por su interés natural y para encontrarse rodeada por el Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa. Una ciudad que se encuentra en medio de cuatro volcanes, el Montolivet, el Montsacopa, la Garrinada y el Bisaroques, y cuenta con un rico patrimonio natural y paisajístico con numerosas fuentes, los Humedales de la Bocanegra y la Diez, la meseta basàltic de Batet y el volcán Croscat.
La ciudad de Olot tiene un interesante patrimonio cultural. Arquitectónicamente, se pueden destacar varios monumentos de estilo modernista, como por ejemplo la casa Gayetà-Vila, así como los Claustros de Carme, renacentistas. Estos claustros forman parte del recinto de la Escuela de Arte de Olot. En cuanto a pintura y escultura, hay que remarcar la importancia de la Escuela de Olot, que tiene una buena representación de obras al Museo Comarcal de la Garrotxa. Pintura, escultura y cerámica son elementos claves del ambiente artístico olotí, sin olvidar la gran tradición pessebrística y los talleres de santos, de renombre mundial.
La gastronomía propia de Olot y comarca se conoce con el nombre de Cocina volcánica. Los productos alimentarios más significantes de Olot son la ratafia, la morcilla y el jamón. La carne a la brasa, las "Patatas de Olot" y las judías de Santa Pau con morcilla de perol son otros platos que han dado fama a las especialidades culinarias de la comarca.
Las características volcánicas de la tierra garrotxina hacen que el suelo sea fértil y de gran riqueza, lo cual repercute en la cocina de la comarca, donde cultura y natura se encuentran al plato.