Cuando llega el invierno, son muchos los municipios de Cataluña que adquieren un encanto especial. Pueblos que acontecen una auténtica imagen de postal, y que hacen las delicias de quienes los visitan. Todo y las restricciones actuales para contener la pandemia generada por el coronavirus, no queremos dejar de repasar algunos, para poder hacer lista para visitarlos cuando la situación lo permita, y mientras tanto, conocer cuál es su encanto.
Empezamos por el municipio de Llívia . Un pueblo que se encuentra en territorio francés, pero que pertenece en Cataluña. Situado a 1.224 metros sobre el nivel del mar, era la antigua capital de la Cerdaña, y el municipio está formado por Llívia y varios agregados, como son Cereja, Gorguja, Gorguja Pequeña (Mas Trabes) y Mas Jonquer.
Pasear por Llívia es pasear por la historia. Y es que el casco antiguo de la villa de Llívia está declarado como bien cultural de interés nacional en la categoría de conjunto histórico. Sus calles y su iglesia son uno de los principales atractivos del municipio. Así, la torre de Bernat de So y la iglesia son testigos de su pasado medieval. Sin olvidar la farmacia Esteve, considerada la farmacia más antigua de Europa y que actualmente es un museo de propiedad municipal con colecciones valiosísimas de cajas, puedes e instrumentos de laboratorio, además de una importante biblioteca.
Y más allá del municipio, el entorno natural también acontece un gran atractivo. En los parajes de alta montaña que la villa conserva al Bajo Carlit y al Bac de Llívia se puede disfrutar de estanques, lagos como los de las Bulloses, bosques y prados que invitan a andar y practicar diferentes deportes para disfrutar de la natura.