Uno de los personajes que tienen más éxito a las escuelas por su extravagància y transversalidad es el pintor Salvador Dalí. Es de aquellos artistas que consiguen salir de las paredes del aula y llegan a las tablas de las casas, y entre queixalada y queixalada se explican las curiosidades aprendidas.
El genio Dalí te invita a jugar constantemente y consigue cautivar a grandes y pequeños. Es por eso que la salida que os propongo hoy es una actividad fantástica para hacer en familia y posar en práctica la imaginación.
El Camello de pegmatita reposa ante el mar". FOTO: Sandra Obispo
"Es un paraje mitológico que es hecho para Dioses más que para los hombres y hace falta que continúe cómo está" (Salvador Dalí)
Además, el itinerario no tiene ningún tipo de dificultad ni de pérdida, todo el contrario! Se puede aparcar fácilmente en la zona habilitada y desde un buen inicio encuentras paneles informativos que te indican cómo es el recorrido y que encontrarás.
Se sigue un vial asfaltado que coincide con el itinerario pedestre número 17 de la Red de Itinerarios del Parque Natural de Cabo de Cruces. A menudo este camino se ve invadido por la roca natural convirtiéndolo en un espacio mágico, vive y muy singular que muere en preciosa Cala Culip.
El vial asfaltado marca el itinerario principal. De este surgen otros caminos secundarios para acceder a diferentes miradores. FOTO: Sandra Obispo
Anna Maria Dalí, hermana de Salvador, nos lo explica a Todo el año a Cadaqués (1951): "De Culip al plan de Tudela hay un camino. Si lo seguís veréis que es natural que lo admire. Os daré una pequeña idea si os digo que pasa entre rocas de mármol, las cuales forman calas de agua clarísima, que recogen las formas agegantades y ondulants."
Cómo dice Anna Maria el paraje de Tudela está pleno de formas agegantades y ondulants que invitan al juego de la imaginación. Tal como si miráramos las nubes e intentáramos descubrir formas familiares, este paseo acontece un reto visual en que no hay ni ganadores ni vencidos. Dobles y triples imágenes, ilusiones ópticas, todo está permitido y todo es válido. Nuestra capacidad de observación nos ayudará a acabar la obra que la natura ha creado, dándole la forma que nosotros cogemos, puesto que la interpretación es completamente subjetiva. No es la natura quien acaba la obra, sino el ojo humano. Este método es el que el maestro Dalí denominaba como paranoic-crítico.
Se pueden encontrar todo tipo de formas fantasmagóricas. FOTO: Sandra Obispo
Sin embargo, aparte del que nosotros podamos descubrir también será interesante saber que veía Salvador Dalí en este festival de rocas metamórficas (esquistos, milonites, migmatites, gneis, mármoles, cuarcitas) y plutòniques (pegmatitas, tonalites), que forman un conjunto geológico único en el ámbito mundial.
Los esquistos son unas de las rocas más antiguas de Cataluña". FOTO: Sandra Obispo
"Puedo decir sin temor a incurrir en la más mínima exageración que me sé de coro todos los contornos de las rocas y las playas de Cadaqués, todas las anomalías geológicas de su paisaje único y su luz" (Salvador Dalí. La vida Secreta de Salvador Dalí. 1942)
PARADAS OBLIGADAS DEL RECORRIDO
El recorrido nos muestra unas paradas obligadas que nos ayudarán a agudizar nuestros sentidos y posarnos a la piel del genio Dalí. Si paramos mucha atención descubriremos todo de figuras animalistes cómo el camello, el conejo, el cangrejo, la pareja de gorilas, la tortuga, la iguana, el león marino, el águila, , la liebre, el oso... otros cómo los amantes, el pensador y rocas que inspirarán grandes obras maestras cómo El Grande Masturbador (1929), El Enigma del Deseo (1929), el Espectro del Sex-appeal (1934), El Sueño (1937), La Nariz de Napoleón transformado en una mujer encinta que pasea su sombra melancòlica entre las ruinas originales (1945), entre otros.
A lo largo del recorrido encontramos carteles informativos que comparan las rocas que inspiraron Dalí con sus cuadros. FOTO: Sandra Obispo
La obra daliniana se alimenta del paisaje ampurdanés que el artista ha visto desde pequeño: aquella llanura que recorrían en carro cuando se dirigían de Figueres hacia Cadaqués, la intensidad de los colores después de un día de tramuntana, el juego de luz del cielo o la sombra allargassada de un ciprés, la mar plana e inmóvil, las nubes y sus infinitas formas, la morfología fantástica de las rocas de Tudela...
"Este cubo de planchas de corten acontece un fantástico mirador que enmarca el paisaje". FOTO: Sandra Obispo
Actualmente podemos disfrutar de este paraje tal como lo recordaba Dalí en su juventud, pero de 1962 hasta el 2004 fue ocupado por el resorte turístico Club Mediterranée el cual contaba con unos 370 bungalows, piscinas, pistas de tenis, tiendas, etc. Cuando el 1992 el Parque Natural del Cabo de Cruces fue declarado Espacio de Interés Natural, empezó un lento proceso de recuperación que culminó el 2009-10 con el escombro del Club Med.
El Paraje de Tudela es uno de los espacios más protegidos por la Ley de los Espacios Naturales, siendo Reserva Natural Integral, tengamos cura todos, y hacemos que nuestro paso pase completamente desapercibido.
EL Culleró una de las zonas más bonitas del paraje de Tudela. FOTO: Sandra Obispo