Len capital del Tarraconense tiene una estrecha relación con el mar. Su puerto es uno de los más grandes del Europa del Sur y siempre está en constante ebullición. Sus playas, largas y de arena dorada, son la envidia de todo el mundo. Por eso la ciudad está muy ligada al Mar Mediterráneo. Y para poder observarlo perfectamente la ciudad cuenta con el balcó del Mediterráneo, que se encuentra al final de la Rambla Nueva.
A mb40 metros de longitud, desde el espacio se puede disfrutar de unas impresionantes vistas sobre la Mediterránea. Además, se llama que quién toca la barandilla tiene suerte! Así que aprovecha y ve a "tocar hierro" como dicen los tarraconenses!