Según la tradición cristiana, durante la Cuaresma no se puede comer carne roja, pero sí que se puede comer pez y marisco, y aves. Y sin ningún tipo de duda, el pez estrella de esta época gastronómica es el bacalao.
El bacalao, además de ser buenísimo, es muy saludable, y una gran fuente de proteínas. Además, tiene menos de un 3 % de grasa de alta calidad, y contiene muchos oligoelements, cómo fósforo y sales minerales.
Un pez que se puede cocinar de muchas maneras diferentes. Hoy lo preparamos con miel y mostaza.
INGREDIENTES:
- 250 gramos de morro de bacalao
- 20 gramos de miel de romero
- 20 gramos de mostaza antigua
- 2 patatas pequeñas
- 250 gramos de brécol
- 2 grandes de ajo
- 2 dl de nata líquida
- Tomillo y aceite de oliva
ELABORACIÓN:
- Limpiáis el bacalao, previamente desalado, y ponedlo en una cazuela con el aceite de oliva, los ajos y el tomillo.
- Cocerlo todo a fuego muy lento para que se confite.
- Mientras tanto, preparáis la salsa.
- Mezcláis en una sarten la miel, la mostaza y la nata.
- Cuándo haya reducido, la reserváis.
- Cortáis las patatas a trozos grandes y hervidlas.
- Haced el brécol a trozos, y cocedlo en otra olla.
- Cuando tenemos todos los ingredientes cocidos y preparados, emplatamos.
- Primero ponemos el bacalao.
- Lo cubrimos con la salsa.
- Y al lado añadís unas patatas y un poco de brécol.
A disfrutar!