La cocina gerundense hay que enmarcarla dentro de la cocina catalana, que a la vez se enmarca en la cocina mediterránea. La ciudad de Girona destaca por un gran dinamismo culinario, caracterizado por la combinación de la cocina tradicional y de vanguardia, sin olvidar sus raíces y el producto autóctono del territorio.
El que la define, pero, son sus ingredientes. En este caso, hay unos ingredientes básicos que configuran la mayoría de platos habituales y tradicionales del entorno gerundense. En cuanto a condimentos , son habituales el aceite de oliva, la sal, el azúcar, el ajo, la pimienta, la pimienta roja, el perejil, y el azafrán, a pesar de que la cocina de Girona, tradicionalmente, no hace mucho uso de las especies.
Entre las verduras, hay que destacar el tomate, la cebolla, las zanahorias, los pimientos, la patata y la berenjena. Las legumbres más habituales son las habas, las judías o las judías, las lentejas, los garbanzos, y en determinados platos, el moniato.

Entre los pescados se tiene que destacar el bacalao, el atún, la anchoa, el calamar, la rascassa, las gambas y el marisco de toda clase. Entre las carnes, la excelente ternera de Girona, sin dejarnos el cerdo, el cordero, el conejo, el pollo, el pato y otros. Y ya, según la temporada, hay que añadir las setas, determinados productos del mar, como las garotes, garoines o erizos de mar, castañas, fruta de temporada, etc.
Ya hablando de productos típicos, no se puede olvidar hacer referencia al xuixo, una pasta que se puede encontrar en muchas pastelerías de la ciudad. También destaca la manzana de Girona, y la morcilla dulce, una comida de origen medieval que se puede adquirir tierno o curado. Ya hablando de bebidas, nadie se puede olvidar de la ratafia, un licor dulce de hierbas locales.