Sabes que las poblaciones de la área metropolitana esconden un patrimonio fascinante que puedes descubrir con la misma tarjeta de transporte que usas para desplazarte por Barcelona? Pues así es: los atractivos turísticos que rodean la capital son numerosos, y a todos puedes acceder tranquilamente en metro, autobús, tranvía y tren. Sácale el zumo a tu abono!
La Cripta Güell es una de las joyas que puedes visitar con tu billete. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2005, la iglesia de la Colonia Güell es una de las obras fundamentales de Antoni Gaudí. Situada en Santa Coloma de Cervelló, tiene su propia parada de ferrocarril.
Más tesoros modernistas a un paso del tren los encontrarás en Sant Joan Despí, puesto que en esta población del Baix Llobregat dejó su impronta mágica el arquitecto Josep Maria Jujol. Obra de este discípulo y estrecho colaborador de Gaudí son las edificaciones de Can Negro, la Torre de la Cruz, Torre Jujol y la Casa Cebrià Camprubí. No te las puedes perder si te gusta la técnica del quebradizo!
Relacionados con el mundo de la cerámica encontramos dos espacios fascinantes en Esplugues de Llobregat. Por un lado, la Fábrica Pujol y Bausis -La Rajoleta, uno de los principales centros productores de cerámica arquitectónica del modernismo y el novecentismo. Y, por otro lado, el Museo de Can Tinturé , con una interesante colección de baldosas catalanas de los siglos XIX y XX. Los dos equipamientos se encuentran en medio del centro histórico de la población y es muy fácil de acceder en tranvía y autobús.
Algo más al sur, en Cornellà de Llobregat, el Museo Agbar de las Aguas de Busot te permite conocer como eran antiguamente las centrales elevadoras de agua potable, puesto que conserva en perfecto sido varias instalaciones de vapor. Y en Sant Boi de Llobregat encontrarás unas termas construidas a finales del siglo II dC que funcionaron a pleno rendimiento hasta el siglo V. Pertenecían a una villa romana del Bajo Imperio y son los baños privados más muy preservados de Cataluña.