La madrugada del 22 al 23 de junio la Flama del Canigó se renueva a la cumbre de esta montaña del Pirineu catalán y centenares de voluntarios y equipos de fuego la distribuyen en todo los Países Catalanes siguiendo varias rutas para encender las hogueras de la noche de San Juan .
Aquella noche se recoge la Llama que, subida desde el Castellet de Perpiñán dónde habrá permanecido todo el año, será distribuida, a partir de la medianoche, a toda aquella gente que la quiera recoger para empezar un descenso hacia centenares de villas y ciudades para celebrar la verbena.
La Flama del Canigó es la fiesta de encendida de los Fuegos de San Juan, una fiesta popular arraigada a lo largo de los Países Catalanes que tiene el elemento del fuego como símbolo preeminente.
La tradición de las hogueras de San Juan es una celebración muy antigua, transmitida de generación en generación a lo largo de muchos siglos. Con ella, los primeros pobladores de nuestras comarcas festejaban la noche más corta del año, el solsticio de verano. De este modo, se han ido transformando aquellas celebraciones prehistóricas en los Fuegos de San Juan actuales.
Con la Flama del Canigó empieza, año tras año, la celebración de una fiesta ancestral vinculada al solsticio de verano que es también un símbolo de hermandad entre los territorios de habla catalana.
FUENTE: Òmnium Cultural