Evita (lo máximo posible) el sufrimiento de los perros los días de verbena

La noche de San Juan es noche de fiesta y alegría. También la verbena de de San Pedro. Y también son noches de petardos. Una tradición muy ruidosa que hace las delicias de muchos, pero también provoca un fuerte sufrimiento en algunas personas y animales.

A pesar de que se ha pedido en múltiples ocasiones el uso de pirotecnia silenciosa, el cierto es que, de momento, se mantiene la tradición de manera muy ruidosa. Y si hablamos del pánico que esto provoca en los perros, nos tenemos que preparar unos días antes si queremos que nuestro mejor amigo no tenga problemas durante la verbena.

Y es que la fobia a los ruidos fuertes de los perros es un problema bastante frecuente. Posar solución es complejo, pero los veterinarios marcan unas pautas a seguir para minimizar el sufrimiento de los animales en estas situaciones.

Repasamos las recomendaciones básicas:

Consultar al veterinario, como mínimo, una semana antes. Hay perros que necesitan tratamiento previo, para no llegar a la verbena con una sobreexcitación.
Tratar el perro con ansiolítics naturales, y si es necesario, con fármacos también ansiolítics el mismo día de la verbena. Siempre bajo prescripción del veterinario.
Es muy importante el manejo. No se le tiene que hacer caso al perro, ignorando su comportamiento cuando está nervioso, o cuando se quiere esconder.
No premiar el perro. Si intentamos calmarlo, el que estamos haciendo es potenciar su comportamiento.
Hay que premiarlo cuando el perro ya está tranquilo. Así verá que aquel es el comportamiento natural que esperamos de él.
En casa, tenemos que prepararle una madriguera. Se tiene que hacer unos días antes, porque tenga tiempos de habituarse. Puede ser uno transporté, una caja de cartón, o quizás bajo la cama, si él ha escogido este espacio. Cubrir la madriguera con una manta para minimizar el ruido.
Cerrar ventanas y persianas. Así aislamos el ruido exterior.
Poner música clásica ayuda a controlar la ansiedad del perro.
Es importante que no tengan nunca la puerta cerrada, para poder huir si de su escondite si en algún momento quiere hacerlo. No cerrar el perro en una habitación. Pero si cerrar la puerta que da a la calle.
La figura del propietario es básica. Para ellos es la base segura. Si el propietario está tranquilo, y se la ayuda a esconderse, se sentirá más tranquilo.

Tenéis presentes estas recomendaciones, y así la fiesta lo será para todos los miembros de la familia.