La noche de San Juan es noche de gresca, de verbena y de petardos. Una tradición muy ruidosa que, en muchos casos, puede generar un gran sufrimiento en los perros. La fobia a los ruidos fuertes de los perros es un problema bastante frecuente. Poner solución es complejo, pero los veterinarios marcan unas pautas a seguir para minimizar el sufrimiento de los animales en estas situaciones.
Algunas recomendaciones
- Consultar al veterinario, como mínimo, una semana antes. Hay perros que necesitan tratamiento previo, para no llegar a la verbena con una sobreexcitación.
- Tratar el perro con ansiolítics naturales, y si es necesario, con fármacos también ansiolítics el mismo día de la verbena. Siempre bajo prescripción del veterinario.
- Es muy importante el manejo. No se le tiene que hacer caso al perro, ignorando su comportamiento cuando está nervioso, o cuando se quiere esconder.
- No premiar el perro. Si intentamos calmarlo, el que estamos haciendo es potenciar su comportamiento.
- Hay que premiarlo cuando el perro ya está tranquilo. Así verá que aquel es el comportamiento natural que esperamos de él.
- En casa, tenemos que prepararle una madriguera. Se tiene que hacer unos días antes, porque tenga tiempos de habituarse. Puede ser uno transporté, una caja de cartón, o quizás bajo la cama, si él ha escogido este espacio. Cubrir la madriguera con una manta para minimizar el ruido.
- Cerrar ventanas y persianas. Así aislamos el ruido exterior.
- Poner música clásica ayuda a controlar la ansiedad del perro.
- Es importante que no tengan nunca la puerta cerrada, para poder huir si en algún momento quiere hacerlo. No cerrar el perro en una habitación.
- La figura del propietario es básica. Para ellos es la base segura. Si el propietario está tranquilo, y se la ayuda a esconderse, se sentirá más tranquilo.