A lbello medio de la ciudad de Tarragona se levanta una imponente obra arquitectónica romana que no os dejará indiferentes: el anfiteatro de la antigua ciudad de Tàrraco. El edificio fue construido durante la época de la dinastía Flàvia y restaurado el siglo II d.C. y fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y es también Bien Cultural de Interés Nacional.
Tàrraco era la capital de la provincia romana de Hispania Citerior, posteriormente Tarraconensis, la más grande de las dos provincias en que se dividió la Península Ibérica. Por eso tenía el honor de disponer de un anfiteatro, un circo y un teatro. En el edificio se celebraban luchas de gladiadors, de animales y varios espectáculos.
Té planta elíptica y medeix 130 x 102 metros, dividido en dos espacios: la arena donde se celebraban los combates y la càvea, o gradas. Dentro de la arena se pueden observar las ruinas de una iglesia románica construida allá donde el Obispo de Tarragona fue quemado vive en 256 d.C.