El 8 de agosto 1235 se produjo la reconquista cristiana de las islas de Ibiza y Formentera, que hasta aquel momento habían estado bajo dominio musulmán.
La flota catalana de la corona de Aragón llegó a Ibiza y desembarcó en la zona de se Soto, al costado sur de la villa de Ibiza. A continuación, el ejército prosiguió al atacar la ciudad, lanzando piedras a la triple muralla de la villa, que cayó rápidamente.
Después de la conquista, los tres conquistadores, Guillamos de Montgrí, arzobispo de Tarragona; Pere de Portugal, conde consorte de Urgell y Nunó Sanç, conde de Rosselló; saquearon la isla para compensar los gastos de la campaña, como establecía el contrato de infeudació escrito entre ellos. Un golpe conquistadas, las dos islas fueron divididas en cuatro quartons.