El origen del pan con tomate
El tomate entró a Europa a partir de el siglo XVI pero no se añadió al pan con aceite, que ya era tradicional, hasta unos dos siglos más tarde
El pan con tomate, pan con aceite, pan mojado con tomate (Gironès) o pan con tomate (Lleida) es una típica receta de la cocina catalana y balear, similar a la bruschetta italiana. Ha sido considerado el plato insignia de la cocina catalana. Consiste en una rebanada de pan mojado con medio tomate maduro y aliñado con aceite de oliva y sal.
Tradicionalmente, comido con una arengada encima, era una comida de labrador. Se puede acompañar con morcillas, fuet, jamón, quesos, anchoas u otro pescado adobado, o verduras asadas a la parrilla como la escalivada. La base original solían ser las rebanadas de pan de labrador, pero actualmente se utiliza también pan de barra.
El origen del pan con tomate es el pan con aceite, que existe a toda la mediterránea. A veces es el aceite el que se echa sobre la rebanada de pan, tostada o no, o bien el pan con el cual se moja el aceite, que siempre es de oliva. En Cataluña, el método era el que se hace todavía con el pan con aceite, o pamboli, en las Baleares, o sea, echar un rayo de aceite sobre la rebanada de pan. Además, a la cocina catalana ya existían numerosas recetas de pan preparado de este modo; el pan con vino y azúcar, por ejemplo, el pan con la nata de la leche, con chocolate, con codonyat, etc.
El tomate entró a Europa a partir de el siglo XVI pero no se añadió al pan con aceite, que ya era tradicional, hasta unos dos siglos más tarde. Sí que existía ya en esta época la variante de pan tostado, rozado con ajo y aliñado con aceite. La primera referencia directa escrita de esta receta aparece en el siglo XVIII, con el nombre de panboli bueno, a el Modo de cuynar a la mallorquina de Jaume Martí Oliver.
Porque fuera pan con tomate hacía falta que el tomate estuviera presente a la cocina catalana. Josep Lladonosa y Giró dice que la primera documentación de esto data del siglo XVIII. El cocinero, nacido en 1938, recuerda que su abuela Júlia le había explicado que ya sus padres, es decir, los bisabuelos de Lladonosa, comían concretamente pan con tomate. Con más precisión, Nèstor Luján afirma que la primera referencia escrita de pan con tomate data de 1884 y según su tesis se habría ideado en el mundo rural en momento de abundancia de tomates, que se aprovecharían para ablandar el pan seco. Nèstor Luján explica que la implantación del pan con tomate en Cataluña no tiene nada que ver con la inmigración murciana venida en Barcelona para la Exposición de 1929 cómo habían querido insinuar erróneamente algunos autores.
Algunos autores, como Lladonosa, postulan que los platos simples y económicos no han sido tradicionalmente bastante apreciados como para ser escritos en recetarios, y menos todavía cuando su elaboración puede parecer evidente. Esto explicaría el poco conocimiento escrito que se tiene sobre el origen del pan con tomate.