Es tiempo de calçots, y nos gusta!

Cuando el frío es bien vivo, es tiempo de calçots en Cataluña. Y es que, un año más, y ahora que ya ha pasado Sant Antoni, es el momento de las tradicionales calçotades en todo el territorio. A pesar de que ya desde principios de enero, o incluso antes, hay quién disfruta de esta tradición gastronómica, el periodo de las calçotades se extiende desde Sant Antoni y hasta finales de abril. Una época de comidas a casa, al campo, o a los restaurantes de Cataluña, que reúne familias y amigos alrededor de un fuego y una mesa para degustar este producto tan nuestro.

Qué son los calçots?

Los calçots son un tipo de cebollas tiernas y alargadas que se pueden cultivar en las zonas donde no hay demasiado heladas. El nombre del calçot se atribuye a la manera como se planta, medio cubierto en la tierra. Una técnica que se conoce como "calzar", y que permite que el brote sea blanco y tierno.

Los calçots son populares los del Alt Camp, especialmente en Valls, a pesar de que actualmente se cultivan en todo Cataluña.

A la hora de cocerlos, la calçotada consiste a ensartar los calçots con un alambre y cocerlos en una brasa hecha de leña y trozos de cepo de viña. A continuación, se comen con la tradicional salsa romesco, y se acompañan de una asada de carne, y morcilla con secas.

La tradición

La tradición de hacer calçotades empezó en Valls, a las primeras décadas del siglo XX. Los vallencs aprovechaban la época de poda de la viña para hacer comidas con calçots a la masía. La costumbre familiar inicialmente se extendió a los restaurantes de la zona atrayendo turismo a la zona. Actualmente, la tradición se ha extendido en todo el territorio, y ha acontecido una fiesta familiar o de amigos.

Las calçotades varían en función del clima, pero se acostumbran a hacer a partir de Sant Antoni y antes de Sant Jordi. Tres meses que empiezan con la celebración de la tradicional Fiesta de la Calçotada de Valls, el último fin de semana de enero.