El Mercado Medieval de Vic
Cada año, y ya van 25, Vic viaja al pasado y la ciudad se transforma en un auténtico mercado medieval
Hay momentos que las ciudades y los pueblos se transforman, que sacan pecho y que reivindican su pasado y su historia, porque, en definitiva, somos cómo somos porque algo nos ha marcado el camino, nos ha abierto traza y nos ha dotado de personalidad única.
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Vic viaja al pasado durante el Puente de la Puríssima. FOTO: Anna E. Puig
Y este cambio de piel tan interesante y necesario para reclamar el pasado histórico y la razón de ser de un pueblo, lo hace cada año la capital de Osona durando el fin de semana del Puente de la Purísima. La ciudad de Vic se transforma radicalmente durante los días 4, 5, 6, 7 y 8 de diciembre y las calles de su casco antiguo se convierten en un auténtico mercado medieval y ya van unas cuántas ediciones, porque este año el Mercado Medieval de Vic celebra su 25è cumpleaños.
Las calles del centro histórico de la ciudad son un decorado ideal para recrear la época medieval y por todas las calles, callejones, plazas y plazoletas de Vic se encuentran artesanos, taberneros, firaires y espectáculos en la calle.
Calles y plazas se transforman durante unos días. FOTO: Anna E. Puig
Precisamente una de las representaciones teatrales más destacadas del mercado es El Asalto del Altarriba, un recorrido teatral basado en unos hechos históricos que tuvieron lugar a Vic el siglo XV y que permiten conocer y vivir de una manera divertida y amena un episodio histórico de la ciudad de los santos y descubrir parte del patrimonio arquitectónico.
Este año, el espectáculo, cómo todo el mercado, se ha adaptado a la situación marcada por la pandemia de la Covid-19 y ha pasado a decirse La trifulga de la Altarriba, un giro de guion con nuevos personajes, nuevas ubicaciones, nueva escenografía y ocho personajes que representan una familia de comediantes de la época medieval, denominados Lus Canyots que, con un carro, títeres y música en directo, relatan los hechos de la trifulga 50 años después de que pasaran. En las calles también se pueden encontrar otros espectáculos, títeres, malabars, zancos, música medieval en directo y todo tipo de entretenimientos mientras paseamos entre paradas.
Espectáculos en la calle. FOTO: Anna E. Puig
La oferta de paradas es muy amplia y variada y se encuentran todo tipo de botiguetes y de artesanos : artículos de decoración, joyería, cremas, hierbas medicinales, complementos de ropa, embutidos, quesos, pastelería, conservas, y chocolates, entre otros productos. Un total de 320 paradas que provienen de todo Catalunya, pero también de diferentes puntos delEstado y de Portugal y que recrean también el ambiente medieval tanto por los productos que venden cómo por la ambientación de las mismas paradas y los vestuarios de sus paradistes.
Además de las paradas de artesanía y alimentación también hay otro espacio muy interesante: las tascas, situadas en el Parque Jaume Balmes, las Adoberies y la zona céntrica del Paseo. En estos numerosos lugares para hacer parada para comer y beber para escaparse del frío del invierno a la llanura de Vic, se puede encontrar todo tipo de propuestas gastronómicas: creps, jamón a la brasa, bocadillos, morcilla, pop, pastelería artesanal o embutidos, entre muchos de los productos que se ofrecen. Y, está claro, tampoco falta el vino caliente, tan típico de los mercados al aire libre en pleno invierno.
Muestras de oficios. FOTO: Anna E. Puig
La elige comercial y cultural del Mercado Medieval de Vic es apta por todos los públicos y se complementa con otras muchas actividades, interesantes de conocer y descubrir. Otro imprescindible es sacar el hacia el Museo Episcopal de Vic, el cual tiene un fondo espectacular de la Edad Mediana con obras maestras de pintura y escultura del románico y el gótico catalán, junto con destacadas colecciones de arqueología, orfebrería, tejido, forja, vidrio y cerámica, donde los días del mercado, también se organizan un montón de actividades especiales porque la gente se acerque a visitar el Museo Medieval de Vic y los tesoros medievales que se esconden a su interior, un inventario excepcional, integrado por más de 29.000 piezas.
Mercado Medieval. FOTO: Anna E. Puig
Vic es una ciudad culturalmente viva y comercialmente muy intensa. Pasear, sea mercado medieval o no, es siempre un placer y merece la pena sacar el cabo y perderse pieles suyos calles y plazas, ah y también hay que mirar eleve porque tiene unos edificios monumentales de una arquitectura admirable.